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Por Adrián Pino

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En un intento por despegarse de la investigación que lo señala como principal destinatario de la obra pública durante el kirchnerismo, el empresario Lázaro Báez pidió que investiguen a otras 35 empresas, entre las que figuran los entrerrianos Pietroboni y Losi.
Acorralado por una trama judicial que lo mantiene detenido y en el centro de las miradas, el empresario de la construcción abrió el juego para que la Justicia investigue al resto de las empresas contratistas de la obra pública. Pietroboni emprendió una feroz réplica en la que deja al desnudo las maniobras utilizadas para desviar dineros públicos a través de las licitaciones.

"Fuimos todos"
En el punto VII del escrito que presentó ante el Juez Sebastián Casanello, la defensa de Báez argumenta que "EL GRUPO AUSTRAL ESTÁ MUY LEJOS DE SER LA PRINCIPAL EMPRESA DE OBRA PUBLICA. Sin que ello sea un dato cuestionable para las empresas que han sido las mayores adjudicatarias de obra pública en Argentina, es ineludible ilustrar a V.S. sobre el yerro de concebir que la empresa de Lázaro Báez, supuesto zar de la obra pública, sea la mayor adjudicataria en el rubro" (El texto se reproduce textual con los destacados que hace Báez en su escrito). En función de este argumento, Lázaro Báez reclama a Casanello que "será un paso ineludible la investigación a todos los empresarios, como así también a los órganos del Estado que actuaran en la fase ejecutiva y/o de control".
El listado que Báez adjunta a la justicia con el ranking de las 36 empresas que recibieron más fondos públicos por obra pública durante el kirchnerismo, muestra a dos firmas entrerrianas: Lemiro Pablo Pietroboni, del uruguayense Víctor Pietroboni, y Losi S.A. de Luis Losi. Ambas empresas constructoras están por delante de Lázaro Báez en el ranking de beneficiarios ocupando los puestos 29 y 30 respectivamente, mientras que Austral Construcciones ocupa el puesto 36.
La situación deja en un lugar incómdo al "ministro de obras públicas de la costa del Uruguay" como se conoce al empresario Víctor Pietroboni, que intenta por estas horas despegarse de la acusación.

Una lista engañosa
Apenas se conoció la noticia, el empresario Víctor Pietroboni salió a defenderse públicamente de las acusaciones en una entrevista con Hugo Barreto en Radio 9. En su argumentación, Pietroboni calificó a Báez de "delincuente" y confesó que recibía "ordenes de Casa Rosada" de no intervenir en las licitaciones a las que se presentaba el empresario santacruceño.
Para eso, Pietroboni cuestionó el listado de empresas que difundió el Gobierno. "Esa lista es engañosa, es mentira que Lázaro Báez esté en el puesto treinta (y seis).¿Por qué aparece Báez en ese lugar? Por la maniobra que hacían ellos, porque Lázaro Báez, ese delincuente, aparece con ese monto de 1.800 millones en las obras de Vialidad Nacional. Pero por atrás lo contrataba la provincia de Santa Cruz, en convenio con Vialidad Nacional, donde Báez tiene más de 20 mil millones (en obras), y no los 1.800 (millones) que aparecen en ese listado", se despachó Pietroboni en la entrevista con Hugo Barreto. "La otra trampa es que tampoco contabilizan a las otras empresas que Lázaro Baez fue comprando, como Kank y Costilla, Gotti Hnos. además de Austral. Él tiene cuatro empresas, y no ponen los montos que les dieron a esas otras empresas, sólo mencionan a Austral".
Además, agregó que "la otra gran diferencia es que todas las obras contratadas con los colegas y con nosotros, están terminadas y recibidas de conformidad a los pliegos", dejando a la vista que ese no es el caso de las obras adjudicadas a Lázaro Báez.

"Las coimas existen"
Sin embargo, al referirse al centro de las denuncias sobre la existencia de sobreprecios en la obra pública Pietroboni no sólo no negó el hecho, sino que confesó que "las coimas existen". Señaló que el pago de coimas es una "práctica habitual" en la construcción: "Está mal, pero están en todos lados, es una condición del mercado, que si no lo contemplás, después tenés que sacarlos de algún lado. En Paraguay, Bolivia, Perú, esto es una práctica habitual, donde de alguna manera hay sugerencias en ese sentido", lanzó Víctor Pietroboni.
En aras de despegarse de la situación, Pietroboni abogó por el avance de la investigación judicial: "Nosotros estamos perfectamente tranquilos y sería deseable, preferimos, que efectivamente se investigue, a nosotros y a las empresas colegas que estamos nombradas en la nota. Nosotros tenemos 50 años de trayectoria en la industria, no hacemos lavado de dinero ni nada por el estilo. Nos dedicamos a hacer obras y las terminamos", sentenció en el final de una jugosa entrevista radial en la que contó el mecanismo que se establecía para cobrar sobreprecios por parte del empresario de Santa Cruz.
"Esas obras tenían un sobreprecio y por encima de eso les certificaban obras no ejecutadas. Hacían 50 mil metros cúbicos de terraplén y les pagaban por 200 mil", graficó Pietroboni. Respecto a la detección de esas maniobras, el empresario uruguayense explicó que "es un trabajo que después al taparlo queda como inmedible". En cuanto a las prácticas que beneficiaron a Lázaro Báez, Pietroboni contó que "Otro ítem era remediación de yacimiento, que era arreglar las canteras, los bordes, los taludes, para que no se forme una laguna? Bueno, eso era un trabajo que se hacía en diez días por 700 u 800 mil pesos, y por cada cantera cobraban diez millones de dólares. Es una cosa indescriptible lo que hacían, y es la única manera en que el tipo (Lázaro Báez) puede haber comprado 200 estancias en diez años, más toda la guita que está escondida. Y esas maniobras, eso de cobrar diez millones de dólares por algo que vale 800 mil pesos, está demostrado, lo sabemos los que andamos en este rubro".

¿Se destapa la olla?
Sin dudas, el testimonio de Pietroboni es altamente clarificador respecto a los mecanismos que se utilizaron para desviar dineros públicos. Así las cosas, la investigación judicial empieza a dejar al descubierto las prácticas y maniobras que rigen en materia de obra pública y que parecen ser vox populi entre los empresarios del sector.
"No sé si la justicia lo tiene, pero si investigan es muy fácil averiguarlo", finalizó el empresario uruguayense que sin dudas deberá ser citado por la Justicia Federal para dar testimonio de las maniobras de sobreprecios que él mismo admite conocer cómo funcionan.


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El vínculo con Urribarri


Adjudicatario de las mayores obras de infraestructura en Entre Ríos, Víctor Pietroboni se encargó de aclarar que la magnitud de sus negocios hacen que las obras provinciales representen un porcentaje muy menor de los ingresos de la firma. "Lo que nosotros hacemos en Entre Ríos en el total de la empresa no llega a ser el 8% de lo que facturamos". Admitió tener "un contacto fluido, de más de quince años con Urribarri, no lo voy a negar porque no es ningún pecado, pero que nosotros tengamos ventaja frente a los demás, eso no es así", aseguró.
La diversificación de una empresa que estuvo al borde de la quiebra y hoy se ha convertido en un verdadero emporio de la obra pública ha extendido sus tentáculos a muchas provincias argentinas como es el caso de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Salta, Corrientes, entre otras. Pero también los negocios del empresario uruguayense van más allá de las fronteras en uniones transitorias (UTE) con otras contratistas con las que desarrollan obras públicas de gran magnitud en Bolivia, Paraguay, Perú y Chile. "Tenemos obras con el Banco Mundial, con el Banco Interamericano de Desarrollo, con la Corporación Andina de Fomento. Es decir que ese dinero que facturamos con Vialidad (Nacional), significa más o menos el 15% de nuestras obras", concluyó el empresario Víctor Pietroboni, visiblemente ofuscado con la maniobra de Lázaro Báez que pretende dejarlo ligado a la causa.

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