Tal como se informara, dos atentados que tuvieron lugar en la zona, que dejaron 13 personas muertas y decenas de personas internadas con lesiones de distinta gravedad; y un tiroteo entre terroristas y efectivos de seguridad donde murieron otras cinco personas terroristas, dejaron conmocionados no sólo a los españoles, a Europa en general. Sino que también, muchos argentinos con familiares allí se mostraron preocupados y pendientes de lo ocurrido.
La historia de un convecino
Es el caso del uruguayense Diego García, que hace unos quince años reside ya en España, y se comunicó con La Calle para contar en primera persona lo ocurrido.
Desde el principio, él manifestó que quizás por una cuestión del "destino", o porque "no era mi momento", fue que no protagonizó el violento primer atentado ocurrido en la Rambla en Barcelona. Pero previo a ello, nos contó sobre su vida en aquél continente:
"Me vine en julio del 2002, en plena crisis de Argentina en ese momento. Decidí dar el salto a Europa y buscarme la vida por aquí".
"Viví 12 años en Barcelona, y ahora hace unos tres años que estoy viviendo en una ciudad pegada a Barcelona que se llama San Cugat del Vallés; aunque mi oficina la tengo en Barcelona", aclaró.
Consultado sobre qué se dedica el uruguayense contó: "Tengo un negocio online, un marketplace de deportes, en donde vendemos indumentaria deportiva, material deportivo para clubes y colegios, se llama 'sportalius.com'. Tengo mi familia allá en Concepción del Uruguay. Tengo una hermana allá. Estoy casado, tengo dos hijos", añadió.
El día del atentado
"Te cuento que pasó ayer: tengo mis oficinas en el centro de Barcelona y estaba comiendo con uno de mis clientes en la zona de la Rambla de Barcelona. Terminamos de comer a eso de las 15:30 y caminé por la Rambla como hago cada semana porque es una zona donde me reúno con gente y demás. Simplemente fue el destino o no era mi momento, que 15 o 20 minutos después pasó toda la masacre que pasó, de la cual estuve ajeno, porque yo ya estaba en mi despacho, sólo pude escuchar las sirenas, helicópteros, etcétera".
Sobre el sentimiento generado contó que: "fue una conmoción para todos, un golpe muy fuerte. Estamos expuestos a una guerra en Europa, tengo dos amigos que tienen familiares graves".
"Toda la ciudad está blindada, no se podía salir de la ciudad. Yo que vivo a 15 kilómetros de Barcelona tardé casi seis horas en poder llegar porque había controles policiales en toda la ciudad de Barcelona. Fue un caos, mucho miedo", acotó detalladamente.
Sin dudas, lo que más lo conmocionó fue la cercanía de lo ocurrido: "Estuve muy pero muy pocos minutos antes de que ocurriera el atentado en ese lugar", relató.
La reacción de la familia
"Cuando empezeron a ver cosas por la televisión, mi familia y amigos por todo el mundo comenzaron a llamarme, fue muy loco? Todos estaban muy preocupados".
El día después
Consultado sobre cómo se continúa, comentó: "El día después es un día de mucha incertidumbre, los controles policiales siguen por toda la ciudad en menor medida de ayer. Ayer creo que estábamos en un nivel máximo, 5, y hoy (por ayer) creo que ya estamos en un nivel 4 por la tarde nuestra".
"Han hecho varias detenciones por distintas zonas de árabes. La sensación de la gente es de miedo", continuó contando. No obstante, lejos de detenerse la rutina, en Barcelona continuaron, tal como contó Diego, 'dando una vuelta de página': "El miedo está, y perdurará por unos días, pero hay que seguir, ya todos salieron a trabajar, y continuaron sus vidas, al igual que yo".
"Estamos en guerra"
Finalmente, sobre el sentimiento de vivir en esa constante tensión, Diego hizo hincapié en que: "vivimos sabiendo que estamos en una guerra política y religiosa, todos estamos expuestos. Y sabíamos que algún día nos iba a golpear un atentando de este tipo? Londres, Berlín, Niza, Mánchester y ahora nos llegó a nosotros".
"Podría haber sido peor, ya que la noche anterior a estos terroristas se le explotaron municiones en una casa que la tenían como asentamiento. Aparentemente, la idea era hacer explotar una camioneta en plena Barcelona", concluyó.
