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Al transitar por la etapa de recuperación, el joven, de 27 años, residente en Urdinarrain, dio su testimonio para concientizar sobre la importancia de la donación de órganos.

La enfermedad, que no tiene cura, le fue detectada a los 6 meses. Si bien se puede prolongar la calidad de vida, requiere de un trasplante bipulmonar. Algunos pacientes pudieron "concretarlo y otros se quedaron en el camino".

En el caso de Nicolás, se le complicó a los 24 años. El 15 de septiembre de 2015 tuvo su primera recaída al estar 3 días intubado y permanece un mes internado.

A los 6 ó 7 meses tuvo una nueva recaída por una hemorragia pulmonar, por lo que debió estar con oxígeno durante un mes. Por ese motivo, la Fundación Favaloro tomó la decisión de que estuviera allí hasta que llegara el órgano, hecho que se produjo el 15 de junio, para el trasplante.
La intervención, compleja, fue muy exitosa. "Todo pasó muy rápido y, gracias a Dios, hoy puedo dar esta nota", admitió para acotar que desarrolla su vida sin oxígeno, entrena todos los días –con la idea de participar en tenis o en paddle en los Juegos Nacionales de Trasplantados, en 2018- y honra siempre a su "ángel donante".

"Donar órganos salva vidas y yo soy un testimonio de ello", remarcó el joven para acotar que "no hay que tener miedo y desmitificar el mito de robo o tráfico: "Detrás hay muchísimas personas que están para que se pueda hacer efectivo el operativo".

Nicolás aseveró, además, saber quién fue la familia donante, suceso que le produjo emociones encontradas: tristeza, por la persona que fallece, y emoción, porque él y los suyos celebran la vida. "Con esa familia, con la que me comuniqué y encontraré a su debido tiempo, estaré toda la vida agradecido", expresó.
Fuente: Diario La Calle

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