La edición 2017 cobijó a unos 2.000 asistentes. Por la ciudad el grupo estuvo compuesto, en su mayoría, por niños que participan de las actividades del Galpón de ADRA y que provienen de familias vulnerables. Ellos pudieron disfrutar de dormir en carpa, juegos, fogones, la marcha de salud y buenos hábitos. También aprendieron habilidades como tirar con arco y flecha, fútbol de botones y pintura en tela.
Los chicos recibieron un reconocimiento por la manera en que lograron recolectar el dinero para el viaje. Llamó la atención el proyecto Ñoquis y el trabajo de más de 20 miércoles, fabricando y comercializándolos, hecho éste que posibilitó costear gran parte de los gastos.